viernes, 16 de mayo de 2014

El hombre de piedra


1.


En el barrio de san Lorenzo, discurre una calle llamada 'hombre de piedra' porque en ella hay una estatua empotrada a la pared de relieves y detalles borrosos puesto que lleva allí siglos.
Para entender bien esta leyenda debemos remontarnos a la plaza del Salvador. Allí hay una cruz adosada en la pared de la esquina de la calle Villegas (Cruz de los Polaineros) y bajo ella una lápida en la que se establece los castigos impuestos por no arrodillarse cada vez que pasase el Santo Sacramento. Podemos observar entonces la gran devoción que existía en Sevilla en aquella época. De esta costumbre no se libraba ni le rey ni los más distinguidos caballeros, bajo pena de perder el caballo o pagar seiscientos maravedíes.
Aclarado esto, volvemos a san Lorenzo, 'a la calle 'Hombre de Piedra' antes llamada calle' Buen Rostro' donde encontramos una taberna en la que había unos hombres bebiendo y comiendo. Cuando uno de ellos advierte que se acerca a lo lejos un reducido grupo de personas presididos por un párroco que lleva entre sus brazos la hostia para dar la extrema unción a un enfermo. Ante este hecho, todos salieron de la taberna se arrodillaron, excepto uno, llamado Mateo el Rubio, que, haciendo alarde de su temple no se arrodilló. Entonces, cuenta la leyenda que un rayo cayó del cielo y su cuerpo quedó allí para siempre, petrificado.
A partir de entonces esa calle cambió su nombre a 'Hombre de Piedra'.

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