1.
En
el barrio de san Lorenzo, discurre una calle llamada 'hombre de
piedra' porque en ella hay una estatua empotrada a la pared de
relieves y detalles borrosos puesto que lleva allí siglos.
Para
entender bien esta leyenda debemos remontarnos a la plaza del
Salvador. Allí hay una cruz adosada en la pared de la esquina de la
calle Villegas (Cruz de los Polaineros) y bajo ella una lápida en la
que se establece los castigos impuestos por no arrodillarse cada vez
que pasase el Santo Sacramento. Podemos observar entonces la gran
devoción que existía en Sevilla en aquella época. De esta
costumbre no se libraba ni le rey ni los más distinguidos
caballeros, bajo pena de perder el caballo o pagar seiscientos
maravedíes.
Aclarado
esto, volvemos a san Lorenzo, 'a la calle 'Hombre de Piedra' antes
llamada calle' Buen Rostro' donde encontramos una taberna en la que
había unos hombres bebiendo y comiendo. Cuando uno de ellos
advierte que se acerca a lo lejos un reducido grupo de personas
presididos por un párroco que lleva entre sus brazos la hostia para
dar la extrema unción a un enfermo. Ante este hecho, todos salieron
de la taberna se arrodillaron, excepto uno, llamado Mateo el Rubio,
que, haciendo alarde de su temple no se arrodilló. Entonces, cuenta
la leyenda que un rayo cayó del cielo y su cuerpo quedó allí para
siempre, petrificado.
A
partir de entonces esa calle cambió su nombre a 'Hombre de Piedra'.
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